Con ella aprendí a escribir, a sumar, multiplicar, a hacer logaritmos, a formular, le passé compossé, el present perfect, la historia del mundo, la genética y cualquier otro tipo de conocimientos…
Pero lo que realmente aprendí con ella, es lo que significa la palabra amistad.
Llevo 11 años de mi vida con esta persona, y quiero pasar los 11 siguientes, y los otros 11 y los otros 11…
Porque no quiero perder está amistad, que comenzó en 1998.
Puedo parecer una idiota, o tal vez de estas personas que dicen que recuerdan hasta el día de su nacimiento, pero me acuerdo de ese dia, como si fuera ayer.
Era el primer día de colegio, me veía enana ante un mundo tan inmenso. Muchos de los pequeñajos que había por los alrededores lloraban, pero yo fuerte, como siempre me he considerado, aguanté el llanto.
Y me introduje en aquella clase, con aquella magnifica profesora, Mari Carmen, y me senté junto a ella, Helena García Vilá.
Ella. Dulce, tímida, compañera, risueña. amiga e inteligente, muy inteligente.
Año tras año, fuimos creciendo y junto a esto, nuestra amistad también creció.
Comenzaron los diferentes cursos, los cambio de ciclo, los cambios de clase y los cambio de amistades. Pero nada de esto sirvió para separarnos, solo sirvió para unirnos mas.
Cada año, yo, la inútil y estúpida de Sara, suspendía y suspendía, mientras la sorprendente e inagotable de Helena, se superaba a si misma cada día un poco mas.
Esto, a mi siempre me ha llevado a la envidia sana, por su resultado y sus logros, tras tanto esfuerzo. Y a pesar de que Helena me viera con 4 asignaturas a la espalda, ella como siempre me apoyó.
Hasta el punto de llegar a 4º con Helena orgullosa de mi, de mi cambio y de mis expectativas de futuro, con las que tantas veces me ha apoyado.
Y hoy día 21 de Julio del 2010, tras 11 años desde aquel primer día de clase, termina 4º, último año en el que estaré junto a uno de mis grandes apoyos.
Esto puede parece una tontería de adolescente, pero tras tantos años así, este cambio saca una lagrimilla.
Tras este texto, quiero agradecerle a ella, por ser como es, por ayudarme, apoyarme, explicarme y por tener tanta paciencia con Sara, esa loca, descentrada e hiperactiva, que tiene un buen corazoncito.
Gracias Helena, gracias.
Te quiero muchísimo.
Pero lo que realmente aprendí con ella, es lo que significa la palabra amistad.
Llevo 11 años de mi vida con esta persona, y quiero pasar los 11 siguientes, y los otros 11 y los otros 11…
Porque no quiero perder está amistad, que comenzó en 1998.
Puedo parecer una idiota, o tal vez de estas personas que dicen que recuerdan hasta el día de su nacimiento, pero me acuerdo de ese dia, como si fuera ayer.
Era el primer día de colegio, me veía enana ante un mundo tan inmenso. Muchos de los pequeñajos que había por los alrededores lloraban, pero yo fuerte, como siempre me he considerado, aguanté el llanto.
Y me introduje en aquella clase, con aquella magnifica profesora, Mari Carmen, y me senté junto a ella, Helena García Vilá.
Ella. Dulce, tímida, compañera, risueña. amiga e inteligente, muy inteligente.
Año tras año, fuimos creciendo y junto a esto, nuestra amistad también creció.
Comenzaron los diferentes cursos, los cambio de ciclo, los cambios de clase y los cambio de amistades. Pero nada de esto sirvió para separarnos, solo sirvió para unirnos mas.
Cada año, yo, la inútil y estúpida de Sara, suspendía y suspendía, mientras la sorprendente e inagotable de Helena, se superaba a si misma cada día un poco mas.
Esto, a mi siempre me ha llevado a la envidia sana, por su resultado y sus logros, tras tanto esfuerzo. Y a pesar de que Helena me viera con 4 asignaturas a la espalda, ella como siempre me apoyó.
Hasta el punto de llegar a 4º con Helena orgullosa de mi, de mi cambio y de mis expectativas de futuro, con las que tantas veces me ha apoyado.
Y hoy día 21 de Julio del 2010, tras 11 años desde aquel primer día de clase, termina 4º, último año en el que estaré junto a uno de mis grandes apoyos.
Esto puede parece una tontería de adolescente, pero tras tantos años así, este cambio saca una lagrimilla.
Tras este texto, quiero agradecerle a ella, por ser como es, por ayudarme, apoyarme, explicarme y por tener tanta paciencia con Sara, esa loca, descentrada e hiperactiva, que tiene un buen corazoncito.
Gracias Helena, gracias.
Te quiero muchísimo.
De: Una futura periodista
A: Una futuro médica
Sara, te voy a escribir como quien realmente soy, como quien quiero ser.
ResponderEliminarEl texto es increible, increible. Solo conozco una parte y no el total, no pertenezco a la historia, pero aun así me ha emocionado, has conseguido hacerme participe de una historia a la cual no pertenezco, y eso es genial.
Espero que sigais mucho tiempo juntas, porque lo que has escrito no se consigue con alguien cualquiera.
Felicidades, guapa!